El Gobierno de Tlajomulco, mediante el Proyecto Cajititlán, concluyó el programa de creación de bombas de semilla, también conocidas como bombas de vida, una iniciativa enfocada en promover la reforestación y la conservación ambiental en el municipio.
Juan Manuel Hernández Encarnación, responsable del proyecto, explicó que estas bombas se elaboran con una mezcla de arcilla o barro negro, materia orgánica, minerales, humus de lombriz y semillas endémicas certificadas por el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara (UdeG), garantizando una viabilidad de germinación del 97%.
“Estamos realizando el cierre del programa de elaboración de bombitas de semilla o bombas de vida, que son estas bolitas hechas con barro negro o arcilla, un material muy moldeable que constituye el sustrato principal. Cada bombita lleva un 70 por ciento de barro y un 30 por ciento de materia orgánica, minerales, humus de lombriz y semillas endémicas certificadas por el laboratorio del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UdeG, las cuales cuentan con una viabilidad del 97 por ciento, es decir, que germina el 97 por ciento de las semillas”, destacó Hernández Encarnación.
Estudios de campo indican que el 67% de las plantas generadas a partir de estas bombas sobreviven. Desde 2021 hasta 2024, se han dispersado unas 350 mil bombas de semilla, de las cuales el 70% ya están creciendo como árboles jóvenes.
Para 2025, el objetivo es producir 150 mil bombas, habiendo alcanzado hasta ahora 123 mil 700 unidades. En la jornada más reciente, se elaboraron 20 mil bombas adicionales con la colaboración de ciudadanos, escuelas y asociaciones locales.
Entre los colaboradores destacan comunidades como Alta California, Bosques de Santa Anita, Chulavista y El Cortijo, así como las Bases de Arte Urbano de Tlajomulco, instituciones educativas como el CU Tlajomulco, el Tecnológico de Tlajomulco, el CECYTEJ y la Universidad Politécnica de Cajititlán.
Hernández Encarnación agradeció el apoyo de la fundación Earth Army, que ha contribuido con el lanzamiento de bombas mediante avionetas y asesoría técnica. También destacó la participación del capitán Marco Jiménez, presidente de la fundación y miembro del Comité de Medio Ambiente municipal. Además, se reconoció la labor de los participantes del programa Siempre hay Chamba, quienes han sido clave en esta estrategia ambiental liderada por el municipio.
