Los jóvenes han transformado la forma en la que se relacionan con la política, pero eso no significa que no estén interesados en ella, especialmente la Generación Z, según plantea el libro “Conectados, pero desinformados”, una investigación impulsada en conjunto por el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tecnológico de Monterrey.
El diagnóstico, que fue presentado en la reciente edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, detalla que si bien la juventud mexicana emplea activamente las redes sociales para informarse y expresar opiniones políticas, esta participación no se traduce en actividades políticas tradicionales –como votar, acudir a un mitin o unirse a partidos políticos–.
Los autores acotan que el activismo o interés de los jóvenes se manifiesta en nuevas formas de participación política debido a la “era de la hiperconectividad” y que el espacio digital se convirtió en su nuevo espacio público.
“Las nuevas formas de participación son distintas a las que conocíamos en el pasado, porque además se manifiestan en otros medios. Antes la participación política era presencial, y ahora, más bien, es virtual. Las relaciones están en las redes sociales y son mucho más horizontales que antes. Eso modifica los mecanismos a partir de los que la gente interactúa y por ende la forma en la que participa políticamente”, señala el coautor del libro “Conectados, pero desinformados”, Gustavo López Montiel.
En entrevista con El Sol de México, el Maestro y doctor en Ciencia Política expone que antes para participar había que trasladarse a las marchas o las concentraciones, pero que hoy en día los jóvenes han mostrado que la web es su vía para organizarse.
“El hecho de que en la marcha de la Generación Z no hubiese tantos jóvenes como adultos no significa que haya fracasado su convocatoria, sino que su forma de hacer peticiones, mostrar descontento, crear grupos e involucrarse en el contexto político nace ahora de las redes sociales”, dice.
El libro editado por el INE y el Tec de Monterreyrecuerdaque“la accesibilidad y la inmediatez de las plataformas digitales lograron democratizar el espacio público”, permitiendo a las y los jóvenes una más voz activa y presente en asuntos que les conciernen. Sin embargo, también recuerda que la paradoja de la hiperconectividad es que genera tal exceso de información que puede mantener a los jóvenes enajenados en el mundo virtual y desconectados de la realidad.
“La tecnología te permite conectarte, y al estar conectado interactúas con muchas más personas. Hay emoción, interés y conexión, pero de ahí a que se genere conciencia o participación política es un fenómeno complejo. La misma puede ser parcial y hasta efímera”, afirma Gustavo López.
El coautor del libro “Conectados, pero desinformados”, pinta un panorama lleno de retos para atraer a los jóvenes y a la generación Z a las urnas, pero destaca que este fenómeno es mundial y que ha puesto a prueba la creatividad de los políticos.
“Hay que entender y aprender que muy probablemente la política deberá cambiar, que se estará enfocando en la vida cotidiana de la hiper individualidad, que también caracteriza a esta generación y que la idea de los estados clientelares ya no funcionará en el largo plazo. Hay que ser conscientes que estos jóvenes van a ser adultos en diez años y que la forma en que consumen y conciben el mundo ya no es la de antes”, apunta.
De acuerdo con el Estudio Muestral del INE sobre participación ciudadana del 2024, la participación política de los jóvenes decrece prácticamente un año después de que cumplen la mayoría de edad y comienza a subir hasta que superan los 30 años.
Ese mismo análisis también revela que la Generación Z (de 20 a 29 años) es el grupo que menos acudió a votar en la pasada elección presidencial, solo después de los adultos de 85 años o más, es decir aquellos que tienen problemas para trasladarse sin ayuda de terceros.
CON INFORMACION DE EL SOL DE MEXICO
