La física, astrónoma y divulgadora de ciencia mexicana falleció este viernes a los 77 años de edad; consideraba que tenía la misión de comunicar “lo extraordinaria y útil que es la ciencia” y que puede ser “una fuente de felicidad inacabable”.
La astrónoma y divulgadora Julieta Fierro Gossman falleció este viernes a la edad de 77 años.
Fierro Gossman era investigadora del Instituto de Astronomía y profesora de la Facultad de Ciencias, ambos de de la UNAM; también ocupaba la silla XXV de la Academia Mexicana de la Lengua y tenía tres doctorados honoris causa de distintas universidades.
Pero sobre todo era conocida por muy diversos público gracias a su intensa actividad como divulgadora de ciencia, en la cual desempeñaba con gran entusiasmo y simpatía en diversos foros y para cualquiera tipo de público, desde grupos de niños en vivo, hasta presentaciones en programas noticiosos de televisión.
Entre los homenajes y reconocimientos que ya se le han hecho en redes sociales, destaca la recuperación de una frase que dijo como parte de la promoción del Día Internacional de la Mujer y a Niña en la Ciencia:
“Soy Julieta Fierro, me dedico a la divulgación para que otras personas se den cuenta de lo extraordinaria y útil que es la ciencia. Si me siento triste, pienso en el universo, me maravillo y me pongo contenta”.
¿Cerebro chiquito?
Julieta Fierro Gossman nació el 24 de febrero de 1948 en la Ciudad de México, pero no creció en un hogar donde se le impulsara a seguir una carrera científica; todo lo contrario.
“Mi papá decía que el cerebro de las mujeres era más chiquito que el de los hombres y que teníamos que estar cuidando a nuestros hermanitos en la casa”, dijo en una entrevista al recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y retomada por la Academia Mexicana de la Lengua.
Esta frase de su padre, dijo, la condicionó para volverse una estudiosa de la ciencia y una feminista, así que desde los 13 años empezó una lucha “para que las mujeres puedan hacer cosas, estudiar y trabajar fuera de casa o elegir cosas distintas” agregó.
Más tarde, durante sus estudios de la carrera de Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM (donde obtuvo el título en 1974) supo que el cerebro de las mujeres es efectivamente más pequeño, pero lo es acorde con el tamaño del cuerpo y “la densidad de las neuronas es igual”. Después hizo la maestría en Astrofísica en la misma institución.
Eventualmente llegó a ser investigadora titular del Instituto de Astronomía de la propia UNAM, donde también fue jefa de difusión, y alcanzó el nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores y perteneció a la mesa directiva de la Sociedad Astronómica del Pacífico.
Sin embargo, sus principales reconocimientos han sido como divulgadora y profesora. Por ejemplo: fue presidenta de la Comisión de Educación de la Unión Astronómica Internacional, de la Academia Mexicana de Profesores de Ciencias Naturales y de la Asociación Mexicana de Museos de Ciencia y Tecnología. También fue directora de Divulgación de la Ciencia en la UNAM entre 2000 y 2004.
Aprender en libertad
Hace casi exactamente un año, en una conferencia que dio como parte de la celebración de los 85 años de la Facultad de Ciencias, según señala una nota publicada por la propia institución, Julieta Fierro dijo que “para ser científico hay que aprender en libertad”.
“Como lo que ocurre aquí en la Facultad de Ciencias: hay libertad de investigación, igual libertad de catedral; (se puede) investigar y enseñar lo que se considera adecuado, de manera adecuada”.
Al término de su charla, Julieta Fierro dijo que “la ciencia es asumir retos no triviales, no imposibles, pero difíciles, y eso te mantiene contento, mientras tratas de superar el reto y si triunfas”.
También dijo que “si no lo logras, si te equivocas, también te acostumbras a equivocarte y seguir adelante. Dedicarse a la ciencia es tener una fuente de felicidad inacabable”.
CON INFORMACIÓN DE LATINUS
