El discurso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en el Congreso de Estados Unidos desató caos por protestas y cientos de detenidos, críticas e intentos de boicot a los que respondió que la guerra en Gaza seguirá hasta destruir a Hamas.
En el cuarto mensaje que da en el Capitolio, el líder judío defendió su ofensiva militar en la Franja, pese al costo humano, a más de 290 días de la masacre.
Insistió que todo terminará cuando las Fuerzas de Defensa (FDI) anulen toda la capacidad militar del grupo islámico, pero evitó fijar un plazo para ello, lo que recuerda que su Ministerio de Defensa prevé que continúen los combates al menos hasta inicios del 2025.
Frente a legisladores de ambas Cámaras, Netanyahu sentenció que los tiempos dependen de aliados al instar al gobierno de Joe Biden a seguir unidos y enviar armas, luego de roces en la materia. Acompañado de su esposa, Sara Netanyahu, y de rehenes, entre ellos Noa Argamani, agradeció la ayuda en sus “momentos más oscuros” y clamó a Washington para acelerar tal acción, pues esa rapidez acortará la lucha en Medio Oriente para cumplir con su objetivo: derrotar a los tiranos, mensaje en el que fue interrumpido por un grupo disidente que se coló hasta una de las galerías.
Pese a las críticas, hecho por el que lucieron vacíos asientos de demócratas y los trabajadores abandonaron el recinto, el premier reiteró su compromiso y esfuerzo para recuperar a los cautivos, como exigen las familias de 120 de ellos y sobrevivientes. Sin embargo, no hay señales del retorno, pues ni la presión de mediadores ha roto el estancamiento para negociar y víctimas desconfían de él al acusar que le preocupa más afianzar a su gobierno que liberar a quienes llevan nueve meses sometidos por terroristas.
Y no todos sus mensajes fueron de unidad. Ante tumultos de judíos y manifestantes propalestinos afuera del Capitolio y en Union Station, atizó duras críticas al tacharlos de “idiotas útiles a Irán” que apoyan el mal, al considerarlos una vergüenza por seguir lo que dicta el régimen que financia a milicias como Hezbolá, en Líbano, y a los hutíes, en Yemen.
Pero ello no evitó que disidentes ondearan banderas palestinas, llevaran ataúdes de cartón en referencia a los miles de muertos en Gaza y hasta quemaran una figura con el rostro del primer ministro cuando él daba su discurso.
En tanto, decenas de disidentes mantuvieron sus protestas por segundo día consecutivo afuera del recinto, lo que escaló la violencia y la Policía roció gas pimienta a los disidentes para tratar de disuadirlos, pero sólo los exaltó, por lo que suman 206 arrestados, de acuerdo con agencias y la Policía del Capitolio.
CON INFORMACIÓN DE LA RAZON