La pluma de nuestro crítico de cine, Mauricio Orozco, te trae los pormenores de su aventura berlinesa para APUNTESdeCINE.
Dentro de la parsimonia de las imágenes en movimiento en lo considerado el slow cinema podemos encontrarnos con amplios ecosistemas emocionales que desafían al espectador por el alto grado de paciencia que requiere, sin embargo es ahí donde se concentra su magia, en el saber explorar la imagen, su relato, el ambiente sonoro y el paulatino paso del tiempo.
“Absence” (2023) es el primer largometraje del cineasta chino Wu Lang, quien parte desde la premisa de su cortometraje homónimo del 2021 que participó en la edición 74 del Festival de Cannes y fue condecorado en el Festival Internacional de Milán ese mismo año.
Su base narrativa se centra en Yu quien después de 10 años en prisión vuelve a su ciudad de origen para reencontrarse con su mujer e hijo, sin embargo esa ausencia de una década hace que su relación tenga una fractura que deberán sanar.
El director hace una propuesta en donde incrusta el vacío a partir de varios elementos formales, como la fotografía, el silencio y las actuaciones. Incorpora la incomodidad como recurso creativo encuadrada en cada plano, un desasosiego que lleva a sus personajes a manifestar la culpa en diferentes maneras y bajo diferentes detonantes. La cámara se encarga de extraer a los personajes en la construcción de sus encuadres, materializando la ausencia, la desconexión con el resto de la sociedad.
En un lento desarrollo vemos más allá de una pareja que busca la reconexión, vemos a una mujer que mira al futuro, mientras el hombre se atasca en el pasado, una barrera a la que se suma el dolor. A partir de que la confianza se desvanece ante un pasado doloroso y mentiras, se viene abajo la credibilidad de todo a su alrededor. Buscar la verdad es llenar esa ausencia simbólica. Y podemos encontrarlo de la misma manera en su propuesta sonora y musical que parte de la alusión al misterio para crear suspenso en las relaciones sociales y cotidianas, aquello que se mantiene oculto entre las sombras, lo que no debe ser visto.
El estilo del director imprime gestos que recuerdan el misticismo de Park Chan Wook, la delicadeza de Wong Kar-wai y la pasividad de Tsai Ming-Liang, una combinación que nos sumerge en su relato y en su propuesta sensorial.
Sin duda una de las sorpresas más gratas de la Sección Encounters de la edición 73 del Festival Internacional de Cine de Berlín, cuya cobertura disfrutas en todos los medios ligados en APUNTESdeCINE.
