Jalisco se ha convertido a través de los siglos en un símbolo de identidad para aquello que representa la mexicanidad dentro y fuera del territorio nacional: el tequila, el mariachi y la charrería, son ejemplo de bienes inmateriales que alimentan la identidad jalisciense y de todo el país.
Jalisco, no solo es cuna del federalismo mexicano, también es tierra de atractivos culturales, recreativos, gastronómicos y naturales únicos. Cada una de sus 12 regiones ofrece a sus visitantes vivencias y experiencias diversas que permiten atravesar ciudad, mar, selva, bosque y montaña en un mismo estado.
Desde la Costalegre, la joya del Pacífico mexicano que va desde el Puerto de Manzanillo, en Colima, hasta Puerto Vallarta, y que forma un litoral comprendido por una amplia colección de playas semi vírgenes, la Sierra de Amula, Los Altos, la Ciénega, así como sus pueblos originarios en la Zona Norte, dan muestra de la amplia variedad del territorio jalisciense, que ha destacado también a través de sus pueblos mágicos.
- Puerto Vallarta: un municipio ubicado en la Bahía de Banderas, el destino más grande del Pacífico mexicano, con espectaculares paisajes de montaña, playa y manglares, que ofrece un sinfín de actividades y recorridos.
- Guadalajara: también conocida como la Perla de Occidente, es capital de Jalisco y la segunda ciudad más importante de México. Es muy visitada por albergar, entre otros motivos, el mariachi, el tequila, artesanías y la charrería, así como edificios patrimoniales de la época independentista y colonial.
- Tequila: lleno de sembradíos de agave que se aprecian en toda extensión para dar vida al paisaje agavero, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Su plaza principal está rodeada por árboles de laurel y conserva sus portales tradicionales.
- Tlaquepaque: de vocación artesanal, es reconocido a nivel nacional e internacional por sus artesanías y la elaboración de productos de alta calidad, siendo la especialidad el vidrio soplado y el barro cocido. Las visitas a los mercados tradicionales y un paseo por su Centro Histórico completan una buena experiencia
- Ajijic: localidad del municipio de Chapala, un destino en el que se conjuntan la arquitectura colonial, la modernidad y la calidad de sus servicios turísticos. Está lleno de vida y color gracias a sus murales, bares, restaurantes y galerías y se conecta con el Lago de Chapala, el más grande de México.
- Lagos de Moreno: reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad, es además un destino turístico adscrito a la Ruta Cristera. Su Centro Histórico posee una de las arquitecturas mejor conservadas del país, parte de la zona de monumentos históricos reconocidos por el INAH.
- Mascota: destino de montaña que ofrece a sus visitantes joyas como el Templo de la Preciosa Sangre de Cristo, la Presa Corrinchis, la laguna de Juanacatlán y tabernas donde puedes descubrir el proceso de elaboración de la raicilla.
- San Sebastián del Oeste: ahí se puede visitar la Mina Gertrudis, la finca cafetalera, haciendas y zonas de petroglifos. Cuenta con el Museo Comunitario “Doña Conchita Encarnación”, así como un panteón antiguo con arquitectura morisco-francesa del siglo XIX.
- Mazamitla: tiene una gran oferta de cabañas de madera, espectaculares sitios naturales como las cascadas El Pedregal y El Salto; el Cerro del Chacal y diferentes bosques, donde se practican el senderismo y los paseos a caballo. También se puede tomar una pausa tranquila en el mirador El Tabardillo.
- Talpa de Allende: pertenece al “triángulo Mariano”, uno de los tres principales destinos de Turismo Religioso en el estado. Su Santuario de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario recibe alrededor de 4 millones de visitantes cada año.
- Talpa: un municipio serrano de hermosos paisajes naturales, calles empedradas y barrios pintorescos que recibió la etiqueta de Pueblo Mágico en 2002. Cuenta con un mercado en el que encontrarás ponche de granada, ropa, dulces típicos a base de guayaba, mango o tamarindo, así como una variedad en artesanías.
